Almeida siempre vivo en el corazón de Santiago

Por: Aida Quintero Dip

Santiago de Cuba, 10 sep.- En el corazón de Santiago de Cuba se mantiene vivo un hombre de tanta sensibilidad, valentía y amor hacia sus compatriotas como el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, de las personalidades imperecederas de la Revolución que en esta tierra se ama y evoca de manera entrañable.

Todavía se recuerda el conmovedor homenaje póstumo en su Santiago, donde al paso del féretro cubierto con rosas blancas y la Bandera cubana, el pueblo en las calles lo lloraba y cantaba al compás de La Lupe, frente al Antiguo Ayuntamiento; o de otras de sus obras emblemáticas camino a la Plaza de Marte o a la Ciudad Escolar 26 de Julio, en el otrora Cuartel Moncada.

Luego de su fallecimiento en La Habana, el 11 de septiembre del 2009 y atendiendo a su voluntad, los restos mortales de Almeida fueron inhumados con honores militares, en el Mausoleo del III Frente Mario Muñoz Monroy, del que fue fundador y su único jefe y donde nunca faltan flores en su honor.

En tan triste ocasión, el pueblo le rindió en cada rincón tributo de respeto y cariño a su memoria, sobre todo, en el Memorial José Martí, de la capital, su cuna, y en la base del monumento a Antonio Maceo de Santiago de Cuba, ciudad heroica que amó hondamente, donde combatió a las fuerzas de la tiranía y después trabajó al frente del Partido, como Delegado del Buró Político en la antigua provincia de Oriente.

Precisamente en 2013, con motivo del aniversario 60 de la gesta moncadista, de la cual él fue uno de sus osados asaltantes, le nació otro centinela a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, con el emplazamiento de una imagen gigante del Comandante Almeida, a un costado del Teatro Heredia.

La tierra que lo cautivó desde el primer día y le entregó un cariño muy especial se sintió más honrada aún, al tener unido en una misma plaza a los dos genuinos héroes, con el aliciente, además, de que Almeida era el combatiente que más se parecía a Maceo, como significó una vez el General de Ejército Raúl Castro.

El mítico guerrillero de la Sierra Maestra, devenido una de las personalidades históricas más queridas de la Revolución cubana, se encumbró otra vez para darle la mano al valiente general de las guerras independentistas de Cuba en el siglo XIX, y ser fiel guardián ante quien intente dañar la tranquilidad de la Isla.

Como para acentuar la estirpe de Almeida, la obra lleva la inscripción Aquí no se rinde nadie, frase convertida en uno de los símbolos de la Revolución que él pronunciara durante el combate en Alegría de Pío, en diciembre de 1956, bautismo de fuego del futuro Ejército Rebelde con Fidel Castro al frente.

Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por la tierra santiaguera, no extraña que se vinculara siempre a la urbe y su gente, afianzados con esa sonrisa y humildad de quien lució en su pecho la Estrella de Héroe de la República de Cuba con la misma sencillez que caracterizó su vida.

De cuna humilde, de donde creció y se forjó con los más altos valores de un hijo apasionado por la libertad de su nación, Cuba y Santiago lo evocan sin llanto, como se recuerda a los héroes, al cumplirse este 11 de septiembre de 2019 el X aniversario de su muerte.

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