Calypso: símbolo de resistencia cultural en el Caribe

Puerto España, 5 ago (Prensa Latina) El calypso es un género musical con raíces en las tradiciones africanas llevadas al Caribe por los esclavos durante la colonización, las que trascendieron hasta nuestros días como símbolo de identidad y resistencia.

Originario de Trinidad y Tobago, surgió en algún momento entre los siglos XVIII y XIX como forma de comunicación entre los africanos arrancados de sus tierras y traídos a América como esclavos.

Sus primeras expresiones se produjeron en los centenarios carnavales trinitarios, en los que se improvisaban versos sobre eventos sociales y políticos que los esclavos utilizaban para burlarse de sus amos.

Con el tiempo, evolucionó hacia formas más estructuradas, incorporando instrumentos como tambores, los conocidos steelpans, y más adelante aparatos de cuerdas.

En los primeros decenios del siglo XX, debido a la interconexión entre las islas del Caribe, el calypso se popularizó fuera de Trinidad y Tobago con exponentes y compositores en casi todas las naciones, quienes singularizaron textos y mensajes según las condiciones locales.

En la década de 1940-1950 se internacionalizó con figuras como el cantante y actor estadounidense Harry Belafonte, quien lo fusionó con el folk de su país.

Ya entre 1960-1970 surgieron subgéneros como el soca (fusión de soul y calypso), destacándose intérpretes como el reconocido The Mighty Sparrow, indiscutible icono del ritmo con letras políticas y sociales, y Calypso Rose, la primera mujer en dominarlo, con temas feministas.

Siempre fue considerado un medio de protesta contra el colonialismo, la corrupción y las desigualdades, por lo que su difusión tiene en la historia contemporánea del Caribe un fuerte impacto en lo político, económico y social.

Nadie duda que la amplia práctica del calypso atrae mucho turismo al Caribe y permitió la creación de una reconocida industria discográfica, a lo cual contribuyó el éxito de Belafonte en Estados Unidos, pues abrió al género mercados internacionales.

Es un hecho que el calypso promueve la identidad caribeña y la resistencia cultural afrodescendiente, pues junto a géneros como el soca son ejes centrales en festividades, carnavales y eventos político-sociales.

Al nacer como expresión esclava, el calypso vio la luz como voz de los oprimidos y se convirtió en un símbolo de la cultura caribeña, trascendiendo fronteras con su ritmo contagioso e ingenio lírico.

Su legado perdura en la música contemporánea y en la lucha por la justicia social. Su influencia va más allá de la música, pues ha sido voz crítica en temas de justicia social, identidad nacional y resistencia anticolonial.

Agencia Prensa Latina

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