La instrucción no es una simple necesidad, ni algo que quede inerte, sino inevitable, progresiva y acorde con el desarrollo del ser humano y los requerimientos de la sociedad, premisa devenida inexorable en la obra social cubana.
En Santiago de Cuba, al igual que en todo el país, el aprendizaje no se circunscribe a los centros escolares en cada año lectivo, sino que existe un interés permanente por el conocimiento en cualquier ámbito con la marcada intención de descubrir nuevos contenidos y emprendimientos, loables para elevar la cultura general.
De manera institucional se hace visible en el acontecer de muchos centros, como sucede en la Casa Dranguet, enclavada en Heredia entre Santo Tomás y Corona, en Santiago de Cuba, espacio que fuera creado, en principio, para difundir todo lo concerniente a la cultura del preciado grano, con la degustación incluida de la aromática bebida, en un ambiente agradable, en consonancia con elementos de la identidad local.
Además de un excelente servicio para la degustación de café, no hay verano que escape sin el desarrollo de talleres eminentemente instructivos sobre todo para niños y adolescentes, de ahí que se prevén, nuevamente los talleres de Artes Plásticas y Artes Escénicas, y la introducción de otros dedicados a la Música, todos los cuales acogerán a estudiantes egresados de la Escuela de Arte o estudiantes de grados terminales.
Tales encuentros contarán con la colaboración de jóvenes artistas de la Asociación Hermanos Saiz, específicamente en los talleres de escritura creativa y modelado de cerámica.
Como es costumbre también se desarrollarán visitas a instituciones artísticas y culturales de la ciudad: galerías de arte, museos y otros semejantes con la intención de contribuir a que niños y adolescentes reciban una formación vinculada a los conocimientos aportados en los talleres, con énfasis en la historia y el patrimonio de la ciudad
“La enseñanza, ¿quién no lo sabe? Es ante todo una obra de infinito amor”. Así dijo nuestro José Martí y la Casa Dranguet, se identifica en todas sus acciones con tal fundamento, no se detiene y realza su quehacer instructivo con entrega, a ultranza de cualquier obstáculo. Es un sitio adonde todo visitante siempre regresa, no solo por su exquisito servicio, sino además por ser fiel revelador del protagonismo de la historia y la cultura de la nación.
Este emblemático sitio llega al aniversario 510 de la otrora villa con la suerte de empinarse, al amparo de su vasto quehacer, que le ha permitido ser imprescindible en el conocimiento del aromático grano, poseer la gracia de satisfacer todos los gustos, a través de diversos modos de hacer, y contribuir a reafirmar las virtudes de la añeja urbe.
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