Nueva Delhi (Prensa Latina) En medio del impulso al consumo interno con recientes reformas económicas, India celebra hoy el ritual milenario que detiene el calendario: el Diwali, el mandato de la luz que exige a cada hogar, calle y edificio rechazar la maldad.
Ese festival consiste en conmemorar la victoria histórica del Señor Rama, reescrita cada año con el encendido de millones de lámparas de aceite. Las ciudades, cubiertas por un manto de electricidad y fuego de arcilla, se transforman en el mapa cultural más luminoso del subcontinente.
El Diwali, el festival de las luces, representa una de las celebraciones más significativas y deslumbrantes de la India, un evento que trasciende lo festivo para adentrarse en las profundidades de la cultura y la tradición.
Su historia, arraigada en antiguas leyendas, recuerda el triunfo del bien sobre el mal y de la luz sobre la oscuridad; un tiempo de renovación espiritual y de regocijo unificador de millones de personas en una misma celebración llena de color y esperanza.
Los orígenes del Diwali son diversos y ricos con distintas narrativas, según la región de la India, pero la más conocida relata el regreso del dios Rama a su reino de Ayodhya, tras catorce años de exilio y después de derrotar al rey demonio Ravana.
La leyenda precisa que los habitantes de Ayodhya iluminaron el camino de regreso de Rama con hileras de lámparas de aceite, llamadas diyas, dando origen a la tradición de iluminar los hogares y las ciudades.
Los preparativos para el Diwali comienzan con semanas de antelación, en un esfuerzo colectivo por purificar y embellecer el entorno.
Las familias limpian con esmero sus casas, pues se cree que la diosa de la fortuna y la prosperidad, Lakshmi, visita los hogares más limpios y luminosos. Las calles se engalanan con guirnaldas de flores y luces de colores que serpentean por los edificios para crear un espectáculo visual transformar la noche en día.
Al anochecer, cada rincón de los hogares, desde los humildes hasta los más opulentos, se ilumina con el parpadeo de las diyas de arcilla. Esa práctica no solo busca guiar a la diosa Lakshmi, sino también disipar las sombras de la ignorancia y la negatividad e invitar a otro ciclo de claridad y sabiduría en la vida de las personas.
La entrega de regalos forma parte esencial de la celebración, una manifestación de afecto y buenos deseos. Familiares y amigos intercambian obsequios, que van desde dulces tradicionales, conocidos como «mithai», ropa y objetos decorativos.
Economía y tradición
Previo a las felicitaciones, una vez más, el primer ministro Narendra Modi convocó a todos los ciudadanos a comprar productos indios en celebración también del esfuerzo, la creatividad y la innovación nación.
«Compremos productos indios y digamos: ¡Garv Se Kaho Yeh Swadeshi Hai! Compartan también sus compras en redes sociales. Así inspirarán a otros a hacer lo mismo», instó en redes sociales el jefe del Gobierno indio.
Este año, a la tradición la favoreció una mayor flexibilidad de gasto de los consumidores, tanto en zonas urbanas como rurales, impulsada por la reducción de los impuestos sobre los productos básicos.
De acuerdo con la agencia ANI, varias industrias como la automotriz y la de joyería han experimentado un aumento de la demanda y de las ventas durante las festividades otoñales boreales.
Partho Banerjee, director ejecutivo sénior de Marketing y Ventas de la automovilística Maruti Suzuki, declaró que la compañía entregó más de 38 mil 500 vehículos y espera superar la cifra de ventas luego del Diwali.
Banerjee consideró sin precedentes la respuesta de los clientes al impulso a la reducción de los impuestos a bienes y servicios y señaló que en los días festivos como el del Dhanteras, durante sábado y domingo, la compañía batió todos los récords, con un crecimiento de más del 50 por ciento respecto al mismo período del año pasado.
Por otra parte, Amit Kamat, director comercial Tata Motors Passenger Vehicles Ltd., notitificó que la demanda general ha sido sólida, incrementada con las reformas económicas gubernamentales.
Los mercados de joyería también corren similar suerte con una crecida demanda que impulsó las ventas en los últimos dos días, según el Consejo Nacional de Gemas y Joyería de toda la India (GJC).
Su presidente Rajesh Rokde dijo a la agencia ANI que, en toda la India, se vendieron aproximadamente de 50 a 60 toneladas de artículos durante los días previos al Diwali.
En términos de volumen, las ventas se mantuvieron a la par con las del año pasado, pero en términos de valor, vemos un crecimiento de 35 a 40 por ciento, acotó. La prolongada celebración de Dhanteras, que se extendió durante dos días y coincidió con el fin de semana, impulsó de forma excelente la afluencia de público y las ventas, impulsada aún más por las festividades de Diwali y Bhai Dooj posteriores, detalló.
Más allá del bullicio, las compras y la celebración externa, el Diwali es una oportunidad para que las personas realicen balance de sus vidas, perdonen las ofensas y se reconcilien con sus enemigos. Se considera un nuevo comienzo, un momento propicio para establecer metas y fortalecer los valores espirituales que guían hacia una vida más plena.
Al finalizar los cinco días de celebración, las luces se apagan, pero la esencia del Diwali perdura en los corazones, incluida la meta de un nuevo comienzo para los indios en busca de un desarrollo económico espectacular.
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