Filme estadounidense Una batalla tras otra va tras los Oscar

Los Ángeles, 10 oct (Prensa Latina) Recién salido del horno, el filme Una batalla tras otra ya es hoy una de las propuestas serias en la carrera a los premios Oscar en Estados Unidos, según la crítica cinematográfica.

Estrenada en los cines el pasado 26 de septiembre, la nueva y ambiciosa película del director Paul Thomas Anderson (Petróleo sangriento, El hilo fantasma) y Warner Bros (a cargo de la producción y la distribución) no ha recaudado hasta ahora las cifras esperadas, a partir de las estimaciones, pero si se ha ganado una buena lista de elogios.

«Un enfebrecido viaje al fondo de la conciencia contemporánea de la mano de un ejercicio de cine frenético, muy divertido e irrefutable. Sin lugar a dudas —por oportuna, por comprometida y por pura inercia— la película del año», publicó el diario español El Mundo.

Mientras El Periódico, también de ese país, le dió también cinco puntos y su crítico la considera «la película más divertida, furiosa y visceral de Paul Thomas Anderson (…) y la más puramente entretenida (…) al acabar de verla uno se siente algo aturdido, rebosante de euforia y, sí, sintiendo gratitud».

Con una batería de todos estrellas (Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio del Toro, Chase Infinity, Teyana Taylor, entre otros) el largometraje de 161 minutos mezcla acción, sátira política de la actualidad y ese cine de compinches en pantalla.

La película trata sobre un ex revolucionario que, tras años apartado de la lucha, se ve obligado a volver a la acción para enfrentar a viejos enemigos en un ambiente cargado de tensión política, racismo y violencia militar», señala el sitio especializado Filmaffinity.

Se trata de una adaptación modernizada de la novela Vineland, de Thomas Pynchon (1990), sobre los movimientos radicales de los años sesenta en Estados Unidos.

En declaraciones al diario The New York Times, Sean Penn contó todavía en la fase de guión, Una batalla tras otra lo sorprendió por la voluntad de Anderson de tocar más de un punto sensible de la sociedad actual.

“Cuando lo leí, lo hice a ciegas: Paul no me había dicho nada sobre qué iba”, dijo Penn. “Acababa de salir de la ducha e iba a mirar un par de páginas antes de vestirme, y acabé escurriéndome por el suelo desnudo y chorreando, riéndome, por los temas que tocó”.

Acerca del filme, DiCaprio respondió a la publicación que, a pesar de su carga política, el verdadero corazón de la película de Anderson es su historia de padre e hija, en la que Bob y Willa deben salvar su brecha generacional para sobrevivir.

“Si hay algo de política en esta película, creo que trata de cómo algunas personas siguen ancladas en sus costumbres y otras han abrazado el futuro”, dijo.

Por su parte, Del Toro recordó que cuando leyó el guión, fue emotivo. «Te hacía pensar y te hacía reír. Espero que la gente lo vea y vea el sentido del humor, pero también la realidad de todo ello», comentó.

Agencia Prensa Latina

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