Abuelas y abuelos… Los puntales del hogar

Por: Yadira González Otero

Foto: Tomada de Cubadebate

La cultura de las buenas costumbres y la correcta educación sin duda alguna emergen de la primera escuela, el hogar.

Protagonistas de esa gran arma para ser mejores personas, y cultivar en cualquier rama de una profesión el respeto por nosotros mismos y nuestros semejantes son los abuelos.

Por tanto soy de las que piensan que disfrutar del amor que profesan es un privilegio que merece concederle alta estima. Los hijos, nietos, la familia toda han de reciprocar con bondades  a quienes durante décadas velaron por nosotros y fueron los puntales del hogar.

La vida, el interés por las cosas bellas, los momentos agradables no terminan con la llegada de la tercera edad. Varían las artes y mañas para asumir esa realidad, cuando es preciso hallarles aristas positivas  a la existencia con el sentido de sentirse útil, sin negar antes la gradual disminución de la versatilidad de la mente el cuerpo.

Si lo más activos de la familia tienen plena conciencia de su rol, han de considerar que los abuelos no son muebles en desuso  a los que se les arrincona y mucho menos  se les niega a opinar sobre cualquier tema, solo porque ya no poseen las mismas condiciones para aportar como en el pasado.

Es injusto condenarlos a los simples mandados, velando cuanto producto llegue a la bodega o limitarlos a cuidar de los menores para que sus padres salgan a disfrutar de una fiesta.

La preocupación por mantenerlos saludable sin lugar a dudas le corresponden a la familia. Independientemente que la Revolución pone especial  énfasis en mejorar  las condiciones de los hogares del Adulto Mayor y círculos de Abuelos en vías de incrementar garantías para las personas de la tercera edad.  Es imprescindible  no olvidar jamás esa importante cultura del detalle de las buenas costumbres y la correcta educación de esa primera escuela, el hogar, que nuestros abuelos cuidan con tanto recelo.

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