Este 18 de octubre la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de Cuba cumple 35 años de fundada. La organización de la joven vanguardia artística, se consolida como espacio para crecer y crear, con el reto de seguir siendo joven y repartir con su quehacer cotidiano su arte revolucionario. La premisa es la cultura, de quien escudo y espada de la Nación. La cultura impulsada por los pinos nuevos, relevo del porvenir. Como todo comienzo fue difícil, sin embargo, la aparición de la organización fue sin duda un proyecto sociocultural novedoso, surgido al calor del estallido cultural y artístico, protagonizado a mediados de los 80, en el escenario y contexto cubanos. Fue un nacimiento oportuno e imprescindible.
Sin duda, la Asociación es una alternativa necesaria devenida en espacio vital para la joven vanguardia. Terreno útil para encauzar sus inquietudes, no solo concretadas al arte y la literatura. Un apartado sui géneris y necesario que labora bajo la premisa de luchar por preservar, estudiar y promover lo más auténtico y mejor del arte joven.
Más de tres décadas celebra hoy la joven filial y en el marco de la jornada, se entregó el Premio de Edición y Diseño Sonoro del Concurso Nacional de Radio Antonio Llogan in Memorian a Oscar Quintana, miembro de la AHS de la sección Audiovisuales. También homenajearon a dos grandes mujeres de las ondas sonoras santiagueras, Barbara Bolerí y María Adelaida Pérez, merecedoras del Premio Maestro de la Radio. Por su destacada labor en la promoción cultural del territorio recibieron el reconocimiento de manos de Lázaro Expósito Canto, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, y Beatriz Johnson Urrutia, gobernadora. Por otro lado, la Dirección Provincial y el Sindicato de la Cultura y la Unión de Jóvenes Comunistas recibieron un reconocimiento por su trabajo como mensajeros de la solidaridad.
35 años preservando la memoria histórica y reflejando la cotidianidad mediante las manifestaciones artísticas. La AHS con más de tres mil integrantes, va en busca de nuevos retos y nuevos sueños, porque como sentenció el más universal de los cubanos: “Grande es asir la luz, pero de modo que encienda la del alma”.
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