Periodismo cultural para entender el arte

 Por estos días en Cuba los periodistas están de celebración. Y cuando estamos en medio de la jornada de la prensa nacional, que culmina el venidero domingo 14 de marzo, la ocasión es propicia para acercarnos al periodismo cultural, ese proceso mediante el cual conocemos sobre el hecho artístico y sus hacedores. 

Pero cuando hablo de periodismo cultural no lo hago únicamente pensando en quienes informan de lo que sucede en materia de literatura, artes plásticas, escénicas o la música. Me refiero más bien a aquellos profesionales que van un poco más allá, y que gracias a su trabajo entendemos mejor por qué una película vale la pena verla, o cómo entender y disfrutar de una pintura o escultura, o qué quiere decirnos un escritor con su verso profundo, o los valores musicales que guarda una composición determinada.

Y en esa lista de grandes hay nombres imprescindibles, hombres y mujeres que ya no están pero que nos dejaron una obra que pudieran considerarse clásicos de nuestra literatura. José Martí con sus notables Escenas norteamericanas, Alejo Carpentier y su recordada sección Letra y solfa en el periódico venezolano El Nacional, Gustavo Robreño con su crítica teatral, Antonio Fernández de Castro y sus artículos de crítica cultural en disímiles publicaciones cubanas y extranjeras. 

Otros nombres se han hecho imprescindibles en la historia reciente del periodismo cultural cubano. Estos, que nos han regalado su prosa cada día, cada semana, desde la radio, la televisión, desde las páginas de un periódico y del entorno virtual de un sitio web, nos guían por la enmarañada red de opciones culturales contemporáneas. Nombres de diferentes generaciones, como Joel del Río y Pedro de la Hoz desde las páginas del Juventud Rebelde, Joaquín Borges Triana y sus acertadas propuestas musicales, Paquita de Armas desde Bohemia y sus comentarios sobre productos televisivos, o Yuris Nóridoen el noticiero Cultural de la Televisión y el portal Cubasí.

Y no podíamos dejar de mencionar a Reinaldo Cedeño, y no porque sea nuestro, sino porque así se lo ha ganado con su talento y sus méritos. Así lo confirman las dos veces que ha obtenido el Premio Nacional de Periodismo Cultural, y los ya innumerables reconocimientos otorgados por su trabajo en diferentes certámenes nacionales. 

Claro que hay otros, menos reconocidos, menos mediáticos, con un trabajo quizás más local o incipiente, pero también con una obra meritoria y digna de todo reconocimiento en esta jornada por el Día de la prensa cubana. 

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