La Constitución cubana es también cultura

Por: Jessica Mesa Duarte

Existen diversas maneras de participar en la construcción de una sociedad, desde el trabajo diario desarrollado con calidad y la respuesta oportuna ante las necesidades y prioridades del país hasta el acompañamiento y respaldo a los procesos sociales que en Cuba se gestan.

La nación es el escenario y sus habitantes los protagonistas de un momento trascendental que marcará sus destinos como Patria, ya que la Carta Magna constituye la ley suprema de un Estado, sus representantes y representados.

Basado en los preceptos democráticos, el pueblo cubano es el que opina, manifiesta sus dudas y preocupaciones, plantea críticas y sugerencias en cuanto a lo que regirá la política nacional cuando se ponga en vigor el nuevo texto constitucional.

Asimismo, los artistas e intelectuales matanceros intervienen en estos análisis. Dada la importancia de la cultura para el desarrollo sostenible de Cuba, su reflejo en el proyecto de Constitución es, más que necesario, imprescindible.

Desde los procesos de creación artística, las representaciones sociales de su acervo, la tradición y legado históricos y las maneras de preservarlos y las relaciones que se establecen entre los artistas y las instituciones que los representan, el macrotema de la cultura aparece con importantes aportaciones en la Ley de leyes que, con las modificaciones pertinentes, se votará en referendo el 24 de febrero de 2019. Así valoró el artesano matancero Luis Octavio Hernández: “A mi juicio la cultura sigue siendo escudo y espada de la nación y no puede ser de otra forma. Hay que lograr cada vez una mayor vitalidad en las instituciones de la cultura y una mayor interrelación, más eficiente y efectiva entre los creadores y las instituciones. La Constitución puede contribuir mucho a ese fin”.

El diseñador de Teatro de Las Estaciones, Zenén Calero Medina, considera que en la Constitución cubana deberían quedar más explícitas las responsabilidades sociales de las instituciones culturales respecto a los artistas y la población.

“Nuestras instituciones representativas, las cuales existen para apoyar el trabajo de los artistas, deben pensar más en que ese es su objetivo primordial. Este asunto es muy importante porque puede y se convierte en un freno al desarrollo creativo.

“El apoyo de las instituciones, direcciones y organismos culturales a la creación artística es fundamental en tanto contribuye a legitimar más la obra del creador y resulta un ente responsable de su realización y de la calidad con que llegue a los consumidores. Creo que eso debería reflejarse con más claridad en el texto que actualmente discutimos”, remarcó Calero Medina.

Aun cuando existen otros documentos jurídicos donde se reflejen la misión, visión y los objetivos de cada entidad, los artistas matanceros buscan que la Constitución de la República de Cuba se parezca siempre un poco más al pueblo cubano.

Guiado por el pensamiento martiano y fidelista, Hernández, quien durante varias décadas se desempeñó como presidente de la filial provincial de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas en Matanzas, reconoce en el sistema cultural la guía para defender la esencia y los principios de la identidad nacional.

“Eso se recoge de manera excepcional en este proyecto. La Revolución Cubana tiene como peculiaridad que, desde su fundación, desde el pensamiento del propio Carlos Manuel de Céspedes, desde la composición del Himno de Bayamo, el binomio cultura-identidad, cultura-independencia son fundamentos monolíticos.

”Por eso considero que el tratamiento que tiene la cultura en el proyecto de Constitución reafirma que tiene que defender esos valores esenciales, que tienen que protegerse tanto como la libertad porque, de hecho, lo es”, afirmó.

Dentro de los principales tópicos a los que se refiere el texto constitucional en su nueva versión se encuentra la creación artística, las maneras y regulaciones para llevarla a cabo. A ello se refirió el actor y director de Teatro de Las Estaciones Rubén Darío Salazar.

“Cualquier ciudadano cubano, entre ellos nosotros los artistas con nuestras responsabilidades sociales, culturales, ideológicas, sabemos que en la Constitución debe aparecer lo que uno sea capaz de refrendar con el trabajo propio y el compromiso y la responsabilidad como creador.

“A veces cuando se escribe algo se hace de manera muy sucinta y mecánica porque en su práctica engloba más acápites, incisos… otras explicaciones”.

La especialización y preparación de los inspectores, cuyo trabajo se relaciona con la cultura, también representa una preocupación que, según el creador matancero, debe tenerse en cuenta durante los análisis del proyecto de constitución.

“Las maneras en que se conducen los inspectores que tienen que ver con los proceso culturales deberá regirse por regulaciones diferentes, y su labor por lo compleja que resulta tendrá que llevarse por equipos y comisiones con gente calificada y conocedora que sepa decidir lo que puede ser mejor o no para nuestro pueblo.

“Yo no tengo ningún temor a los cambios que impulsará la Constitución. Tengo la convicción de que en ella se reflejará lo mejor de nuestra cultura porque siempre lo que se discute a nivel social arroja dividendos positivos para el pueblo”.

La cultura cubana vive momentos trascendentales con esta nueva mirada que ofrece la reforma de la Constitución y otras directivas encaminadas a la organización y legitimación de la creación artística del país.

“La cultura se seguirá desarrollando, no va a morir, pero debemos cuidarla, y si implica también la necesidad de ayudar y posicionar al que lo merece, mejor aún. Hay opiniones contradictorias, por ejemplo, sobre el Decreto Ley 349, pero yo tengo la fe de que la Constitución y los documentos rectores que de ella provengan serán positivos para que la cultura se fortalezca, se cuide, no se pierda y se enriquezca día a día”.

Desde lo que plantea sobre la protección del patrimonio, los monumentos, la enseñanza de la historia y la creación artística, se aprecia en el proyecto de Constitución una marcada atención a los temas culturales, lo que luego del análisis de la población, los artistas e intelectuales de Cuba redundará, indudablemente, en el fortalecimiento de la identidad nacional.

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