¡Misericordia!… un libro ejemplar

Osmar Álvarez Clavel / Foto: Sergio Martínez

Santiago de Cuba, 16 ago.- Olga Portuondo Zúñiga, la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba, es una figura relevante de la ciencia cubana. Recibió los premios nacionales de Historia (2005), de Investigación (2006) y de Ciencias Sociales (2010). La doctora Portuondo es miembro de número de la Academia de Historia de Cuba.

Ha publicado numerosos libros, entre ellos: Santiago de Cuba, desde su fundación hasta la Guerra de los Diez Años (1996), Una derrota británica en Cuba (2000) y La Virgen del Cobre; símbolo de cubanía (1995) el libro que la identifica. Como la investigadora es muy conocida optamos por concentrarnos en la valoración de unos de sus textos: ¡Misericordia! (2014).

Desde el título mismo la autora encontró la palabra clave: ¡Misericordia!; el grito de terror que profieren muchos santiagueros, despavoridos y esperanzados cuando, de pronto, la tierra comienza a temblar. Y es que los sismos, por el carácter enigmático de la naturaleza, por sus consecuencias imprevisibles, atemorizan con más fuerza que cualquier otra de las interminables calamidades sufridas por la ciudad desde su fundación en 1515. Los sismos impactan en la conciencia del santiaguero e influyen poderosamente en el imaginario colectivo.

¡Misericordia! es un libro ejemplar por cinco razones. La primera, por su capacidad para relacionar la historia de los sismos con la historia general de Santiago de Cuba. La referencia a los terremotos y a otras catástrofes que enlutaron a la urbe permite conocer aspectos relevantes de la política colonial española y de sus contradicciones, la posición de la iglesia ante los desastres, la reacción de los gobiernos republicanos ante los cataclismos y el cambio que se produce a partir del triunfo de la Revolución en la concepción sobre cómo afrontar los fenómenos naturales aciagos.

La segunda razón se define por el poder de síntesis del texto, el cual resume lo ocurrido desde el primer sismo del que se tienen datos (1578) hasta el demoledor huracán Sandy (2012). El volumen alude a los terremotos más destructivos (1678, 1766, 1852, 1865, 1937 y 1947); refiere otras desgracias naturales y humanas que azotaron a la ciudad: huracanes, epidemias, incendios, ataques de corsarios y piratas, el sitio de Santiago por la flota norteamericana (1898uyos bombardeos causaron más estragos que cualquiera de los terremotos mencionados.

Las catástrofes señaladas en el párrafo anterior, a pasear de sus secuelas destructivas, tienen una parte positiva pues contribuyeron a desarrollar el espíritu de perseverancia del santiaguero, la capacidad de resistencia de una ciudad que pese a las adversidades es la única de las 7 villas fundadas por los españoles que permanecen en el lugar de su fundación.

Como tercer motivo de ejemplaridad consignamos la manera en que el texto explica la evolución de los criterios sobre las causas de los sismos, que van desde la creencia seudocientífica de que los terremotos eran un castigo divino hasta los actuales que conciben los sismos como fenómenos de origen tectónico causados – en el caso de Santiago de Cuba- por fallas activas próximas a la hoya de Bartlett ante cuya ocurrencia, por ahora científicamente impredecible, hay que adoptar las medidas que los santiagueros conocen de sobra.

El estudio se apoya en fuentes muy diversas que aportan credibilidad a la investigación y facilitan su comprensión: esta es la cuarta razón de su ejemplaridad. La utilización de las fuentes es impresionante. Los criterios científicos se auxilian de textos literarios, informes de todo tipo, cartas, mapas, grabados, testimonios, periódicos, revistas, fotos, anuncios comerciales y, claro, de la bibliografía académica. Sobresale el empleo de elementos visuales que ayudan a comprender el contenido del libro.

Como quinta razón señalamos el uso de un lenguaje que, sin renunciar a ser científico, se adecua a públicos amplios. En ¡Misericordia! El lenguaje se utiliza con tanta habilidad que los especialistas sienten que es el suyo y lo que no lo somos sentimos que es también nuestro; de modo que cualquier santiaguero interesado en conocer más sobre su ciudad, puede acceder al texto, a un asunto tan importante como la historia de los sismos y de otras calamidades que han contribuido a moldear la personalidad y la capacidad de resistencia de toda una ciudad.

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