Pincel y grabado, arte y tradición para Santiago y el mundo

Por: Rocío González Santiesteban / Fotos: Miguel Rubiera Justiz

Santiago de Cuba, 24 oct.- La galería Arte Soy, de Santiago de Cuba, exhibe desde el 19 de septiembre la exposición personal Del cielo y de la tierra, del artista de la plástica Carlos René Aguilera.

El metafórico oso polar insertado en cálidos ambientes, elemento formal ya conocido en su obra, está presente en esta muestra, que se mantendrá hasta diciembre en esa instalación. Además, aparecen nuevos protagonistas en sus cuadros, fruto de la lectura de temas científicos que nutren su inspiración. Así llegó el bumerán, elemento que atrajo al pintor tanto desde el punto de vista científico como simbólico, por el significado filosófico que encierra: el retorno de lo que se ha entregado.

Un recorrido por su espacio de trabajo permite descubrir que se trata de un sitio comprometido con el público, muy distante del típico refugio de creación, sino más bien un lugar para la enseñanza, para recibir emociones y saberes. Es por ello que posee un aula singular, con pupitres rescatados de la obsolescencia de una institución educativa, que ahora son obras de arte y sirven de apoyo a estudiantes de enseñanza artística, a futuros historiadores del arte y a creadores consagrados que estudian la tradición pictórica de la familia Aguilera.

De acuerdo con su voluntad, la labor educativa en el taller nunca terminará, pues considera que las enseñanzas que ha recibido a lo largo de la vida son una deuda, y sería muy triste morir y que estas desaparecieran.

Un punto muy importante dentro de esa deuda lo constituye el grabado, técnica en la que su padre José Julián Aguilera Vicente fue pionero, y que legó a sus hijos. Este arte alcanzó un lugar primordial en la creación plástica durante la década del 80. “Resultó maravilloso, pues con frecuencia aparecían nuevas técnicas, y yo las aprendía junto a artistas de diversas partes del país, pero luego el período especial golpeó muy duro a esta rama de la plástica”, expresó.

“En Cuba se sigue y se seguirá haciendo grabado, pues aunque a veces hay carencias, siempre se encuentran soluciones”, comentó. Además explicó las modificaciones que realiza en su taller para potenciar esta modalidad, entre ellas la creación de un espacio dedicado únicamente a las máquinas, fabricadas en la década del 90 con piezas industriales, que le permiten realizar varias técnicas como la tipografía, la xilografía y la litografía.

Al respecto, considera que ponerse en contacto con el grabado y adquirir nociones de esta técnica es muy importante para un artista, ya que lo conecta de inmediato con el invento que propició la sociedad informatizada de hoy: la imprenta de tipos móviles de Gutenberg.

La complicidad y el trabajo en equipo que se logra en las técnicas de grabado son vitales para el artista de la plástica, según Carlos René, quien califica su personalidad artística como grabador, más que pintor, no porque sea lo que más hace, sino porque mientras pinta piensa como tal.

En los proyectos futuros del Taller Aguilera se inserta una muestra retrospectiva de su obra que abarcará diversos géneros y abordará su trabajo con la comunidad, esencialmente con los niños, para los cuales ha realizado talleres y exposiciones, sobre todo con el Círculo Infantil Meñique, de enseñanza especial.

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