Ya volverán los abrazos, los besos dados con calma…

Por: Reinaldo Cedeño Pineda

El afamado músico uruguayo Jorge Drexler (foto Internet)

Cuando un cubano se saluda, cuando cobra afecto por alguien, tiene que estrecharlo, se torna una necesidad, forma parte de nuestra idiosincracia. No nos dejaremos de querer por posponer un beso, por dejar un abrazo para luego. Es más, que se cuiden esos pechos y esas mejillas, cuando salgamos de esto. Un abrazo demorado es una cosa seria.

El COVID-19 exige extremar medidas y esta es solo una de ellas, pues las manos pueden ser la vía de entrada de la infección. Higienizarlas correctamente es uno de los caminos para cerrarle la puerta.

Nuestro sistema de salud se ha visto sometido a muchos avatares a lo largo de los últimos años y ahora mismo está contando con nuestra percepción del riesgo, nuestra colaboración, nuestro cuidado personal.

Teatros y salas han sido cerrados, los eventos culturales pospuestos; pero el arte sigue alentando la vida. Recientemente hemos visto a una cubana, Diana Rosa Cárdenas, cantar desde su balcón la salida de Cecilia Valdés, nuestra zarzuela emblemática. Lo hizo en Italia, en la región de Lombardía tan afectada por este coronavirus. Un canto cubano a la patria de Dante y de Petrarca.

El célebre cantante uruguayo Jorge Drexler ha hecho un concierto en San José de Costa Rica a través de la Internet. Incluso ha colgado su tema Codo con codo: “Ya volverán los abrazos,/ los besos dados con calma,/ si te encuentras un amigo / salúdalo con el alma”.

Cuba suma diez casos confirmados hasta esta hora y sigue atenta al desarrollo de la pandemia en el país. No nos fallemos.

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