Tengo la suerte de vivir en una ciudad impregnada de ritmos. Siempre me decía el maestro de la danza, Eduardo Rivero, que aquí la gente parece bailar cuando camina por sus calles, cuando sube-baja, baja-sube por sus lomas.
Santiago de Cuba es cuna de Matamoros y de Sindo Garay, de Celeste Mendoza y de Olga Guillot, de Compay Segundo y Eduardo Sosa, de Harold Gatmatges y Electo Silva. Es tierra de guitarras y de tambores.
Esa heredad, esa llama siempre viva quiere iluminar la evocación de hoy.
Foto: Del Septeto Santiaguero / Internet
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