LATIDOS / Marieta Sánchez Guerra: “Es la hora de poner el hombro, las manos, el corazón”

Por: Reinaldo Cedeño Pineda

Cuando llegue la luna llena / iré a Santiago de Cuba / iré a Santiago. Las paredes de esta taberna recuerda donde estamos. Como si hiciera falta. “La Fabada de Marieta” se encuentra en la mismísima Enramadas, en la calle cantada, en la novia de la ciudad.

Marieta Sánchez Guerra, la propietaria del lugar, tiene sangre asturiana. Por eso conoce desde niña como se cuecen la judía y el chorizo, como se sazona con azafrán, como se coloca el pan. Conoce el sabor inconfundible del esfuerzo.

“En la vida he aprendido que se sale adelante con el trabajo honrado y que las utilidades, que el beneficio, salen de ahí;  pero jamás olvido que vivo rodeada de seres humanos”.

Por eso, en días como estos, en días difíciles, Marieta tomó una decisión. Prepara cada tarde un plato para los vecinos más necesitados.  Ancianos que viven solos, otros que por sus padecimientos pueden resultar vulnerables a la covid-19 y permanecen en sus casas.

 “Estoy rodeada de personas mayores que quiero, que siempre me han aconsejado, que tienen esa preocupación de avisarme, por ejemplo, si llegó un producto al mercado;  que siempre tienen una frase de aliento para mí…  

“Sentí la necesidad de ayudar y aquí estoy, preparando todos los días una sopa para mis viejitos. A veces me traen una calabaza, me traen algo, y a las cinco de la tarde vienen a buscar el alimento. Es lo que puedo hacer y lo hago con mucho gusto.

“Creo que es la hora de poner el hombro, las manos, el corazón”.   

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