UN SUCESO, UNA MANERA DE SALVARNOS..

Por: Reinaldo Cedeño Pineda

Eso fue “Todo está cantando en la vida” (Un recital de afectos para Teresita Fernández), espectáculo de Teatro de Las Estaciones que encabeza Rubén Darío Salazar Taquechel, y con la magia increíble de Zenén Calero en los diseños. Ese Midas.

¡Qué conciencia de la responsabilidad cultural, qué actores, qué sensación de eternidad dejan, qué modos para injertarte la alegría en la mismísima raíz, qué forma de explotar, explorar, volar las edades; qué manera de hacerte cantar, de hacerte llorar, de hacerte crecer, de hacerte mejor!

Esa canción, “No puede haber soledad” mientras los actores dejaban en el escenario un retablo con fotos de Teresita desde su infancia hasta su eternidad, asida a la guitarra siempre…. me estrujó el corazón. Le debemos tanto!’

No me quería ir de la sala Van Troi.

Rubén Darío Salazar Taquechel habría que clonarlo.

Nunca olvidaré como una tarde, bajo el sol calcinante de su Santiago, calzó sus sandalias, se echó una mochila al hombro y bajó conmigo a pie de su hotel hasta la emisora para compartir unos pocos minutos de radio. Cuando más de uno ha esgrimido justificaciones o ha puesto reparos en las mismas condiciones… él me dijo tres veces sí, dejó su comida para después y echó a andar…

Gracias a la Uneac de Santiago de Cuba por esta Jornada Escénica Un retablo para Papobo, en especial a María Antonia Fong. Ella me dijo un día que aquel que ha extraviado su alma de niño, ha perdido la mitad de su corazón… La aprieto contra mí.

He recordado mucho a una amiga en estos días, a una actriz, a Lilian Cala. Le prometí ser sus ojos. Ya sé que es mucho, pero lo he intentado…

“A las cosas que son feas / ponles un poco de amor / y verás que la tristeza / va cambiando de color…”

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